Se le considera como un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y que marca el fin definitivo del absolutismo (que es una forma de gobierno en la que solo el rey es el que toma las decisiones) y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante del país.
El 11 de Julio de 1789, el rey Luis XVI, despide al ministro Necker y ordena la reconstrucción del Ministerio de Finanzas. Gran parte de Paris interpreta esto como un auto golpe de la realeza y se lanza a la calle en rebelión. Algunos de los militares se mantuvieron neutrales, pero al temer a la gente deciden unírseles.
El 14 de julio asaltan la fuerza de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico, pero que también era un punto estratégico del plan de represión de Luis XVI
Por último la Asamblea Nacional decreta que se dejaría de pagar impuestos, se suprime el diezmo (pago que se le daba a la iglesia), no hay servidumbre, se declara una igualdad de impuestos y ante la ley lo cual conlleva a libertades de expresión, imprenta, religión, movilidad y empresa.
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